Vanuchi, ¡LLEGUÉ! Era la 1 de la mañana del 13 de julio. El vuelo saldría 22 horas más tarde. Ya había empezado a sentir la cuenta regresiva desde las 18h, pero este momento era “la última noche” (¿dramática, yo?). Por suerte pude dormir 5 horas lo cual es muchísimo para lo que meses atrás creía que iba a pasar esa noche: arrepentirme / no poder dormir / llorar un montón / tener miedos de esos que paralizan. Deseé un montón que los últimos momentos sean sin dramatismo. Nada de lo que creía que iba a pasar sucedió.
UNA NUEVA REALIDAD
UNA NUEVA REALIDAD
UNA NUEVA REALIDAD
Vanuchi, ¡LLEGUÉ! Era la 1 de la mañana del 13 de julio. El vuelo saldría 22 horas más tarde. Ya había empezado a sentir la cuenta regresiva desde las 18h, pero este momento era “la última noche” (¿dramática, yo?). Por suerte pude dormir 5 horas lo cual es muchísimo para lo que meses atrás creía que iba a pasar esa noche: arrepentirme / no poder dormir / llorar un montón / tener miedos de esos que paralizan. Deseé un montón que los últimos momentos sean sin dramatismo. Nada de lo que creía que iba a pasar sucedió.